Según el portal
thepaperworker.com, una tercera parte de las decisiones de compra se toman con
base en el packaging del producto. Esta cifra, para nada despreciable, ilustra
la importancia que debemos darle al empaque de nuestros productos, ya que se
convierte en el objeto visual y la apuesta final de una marca por captar la
atención del shopper en el punto de venta o el canal de distribución. Un buen
empaque hace simplemente irresistible a su contenido, más allá de ser un
elemento clave de comunicación para la marca y estar diseñado para proteger el
producto y disponerlo para su transporte y portabilidad. Es todo un vendedor
silencioso en dos momentos de verdad (MOT, por sus siglas en inglés):
MOT 1. Cuando nuestra marca es
elegida frente a otras en el punto de venta.
MOT 2. Cuando nuestro
producto/servicio es consumido.
UN DETONANTE DE EMOCIONES
El diseño de packaging resulta el
escenario perfecto para la generación de experiencias a través de los sentidos
(táctiles, visuales, olfativas, y hasta gustativas) las cuales desencadenan
emociones en el shopper. Una billetera con olor a cuero que nos recuerda
nuestro amor por los caballos, un envase divertido con formas coloridas que nos
retrotrae a la época del colegio, son historias que conectan emocionalmente
productos y marcas con el consumidor a través del empaque.
Disciplinas como el diseño
industrial, el diseño gráfico, el marketing y la ergonomía se conjugan para
desarrollar un empaque creativo, funcional y cautivador. Un buen packaging debe partir de un completo análisis de la marca el cual arrojará
información clave como el público objetivo, el tipo de campaña (lanzamiento de
producto, campaña temporal) la emoción que se busca generar, los materiales y
colores a emplear, así como las características técnicas que requiere el
producto antes, durante y después de su consumo (por ejemplo, que el envase
debe ser de vidrio por temas de conservación). El empaque no debe sub-valorarse
y es un aspecto crucial para el éxito de nuestra estrategia de comercialización
y marketing, no importa si nuestro sector es consumo masivo o servicios (en
este último está el importante caso de éxito de un importante grupo empresarial
de nuestro país que apostó por vender sus seguros como si fueran empaques plegadizos).
Finalmente, la web expertosenmarca.com plantea los
siguientes puntos a la hora de crear un packaging genial:
·
Diseñe un prototipo que sea agradable para la
vista y que transmita los valores de la marca.
·
El diseño gráfico debe de ser sencillo y fácil de
asimilar para el consumidor. Recuerde que el consumidor quiere compartir en las
redes sociales y si el empaque es agradable para ellos seguro lo harán.
·
Defina cómo se diferenciará de las marcas
competidoras: tamaño, colores y olor, entre otros aspectos.
·
Fácil de usar. Se puede diseñar un empaque muy
atractivo pero en lo segundo que pensará el cliente será ¿es fácil de usar?
·
Otorgue buena información sobre el producto,
esto incluye componentes del producto e instrucciones de uso. El consumidor
actual se informa más sobre los productos que consume, por eso es importante
darle información oportuna y ¡veraz!
·
Utilice productos biodegradables y comuníquelo.
Puede ser un diferencial a la hora de la compra.
·
Facilite la experiencia de consumo, sea en la
reutilización del empaque o la eliminación del mismo.
Fuente Imágenes: Revista PyM