jueves, 20 de noviembre de 2008

La Cultura Tuning en Cali

Colombia pasa en estos momentos por una verdadera “fiebre” del tuning, de la que millares de jóvenes se han contagiado, dedicando grandes sumas de dinero a la adquisición de accesorios exteriores y dispositivos mecánicos que les permitan tipificar o personalizar su coche y hacer que este sea más rápido que los demás modelos similares que transitan por la calle. Normalmente el tuning atrae a gente de espíritu joven, 18 a 38 años, por lo que los de 30 años vienen siendo los líderes del sector, seguramente por su, ya definida, situación financiera.

Para muchos el tuning es un estilo de vida. Estamos tratando con un fenómeno cultural urbano, importado como la mayoría en Colombia y muchos países tercermundistas, que en determinados sitios de las principales ciudades reúne cada vez más adeptos con una marcada predilección por personalizar sus coches, con diseños y equipamientos distintivos y en muchas ocasiones, exclusivos. El tuning se considera una epidemia que se ha comercializado por todo el mundo, ya no es algo exclusivo de los estadounidenses, occidentales y asiáticos, sino que países como México, Argentina y Chile, tienen cientos de seguidores instituidos en poderosos clubes, donde cambian impresiones e información, orgullosos de sus autos transformados, híbridos que convierten el averiguar la marca en todo un reto.

Lejos de ser una práctica o moda pasajera, el tuning es sobretodo un apasionamiento por el buen gusto automotriz. Los “tuneros” integran a sus vehículos fantásticos componentes de sonido con generadores salvajes, trompas de todos los calibres, luces de colores que perturban la energía de acuerdo a las frecuencias del sonido, pantallas LCD, cámaras auxiliares exteriores e interiores, luces de neón en diversos matices en los bajos e interior del motor y el maletero, complementos que muestran todo un ingenio creativo al tiempo que satisfacen el ego del consumidor (dueño del carro). La gran mayoría de los tuneros son posesivos con su coche, se interesan en la mecánica de los mismos y les encanta el estilo enérgico y rápido de conducción. Todos coinciden en afirmar que un coche debe expresar la personalidad de su dueño y que se puede conocer a una persona por las características de su auto.

Cali es una ciudad que esta acostumbrada a altos niveles de estética. El hecho de que se le considere “la capital de la cirugía plástica de América” habla de una sociedad materialista y vanidosa en donde, partiendo de tu cuerpo, todo lo que esté a la vista del público debe ser “bonito”. Los caleños parecen vivir en una búsqueda incesante de “lo bello”, donde todo se puede mejorar, desde una nariz chata hasta los parlantes del carro. Ahora bien, el mundo del tuning encaja perfectamente en un ambiente inundado de mujeres despampanantes, rumba, licor y buenas carreteras. Esta es, tal vez, la mejor explicación a la gran aceptación en Cali de esta modalidad ostentosa y llamativa como lo es el tuning.


Una practica asociada al tuning, muy popular entre los jóvenes caleños, son los llamados “piques”, carreras ilegales que se realizan en vías como la de Yumbo o Puerto Tejada. El licor, las drogas y el desenfreno acompañan estas competencias, cuyas apuestas alcanzan sumas, muchas veces, astronómicas. Anualmente se realizan eventos como el campeonato de Sonido sobre Ruedas donde se premia el mejor motor, el mejor sonido, la mejor tapicería, mejores pegatinas y, en general, los buenos accesorios, etc. Por su parte, las chicas car audio son otro icono de la cultura tuning en Cali y otras ciudades de Colombia, mujeres bellas y voluptuosas que cada año adornan distintas exhibiciones de modificación de automóviles, participando en bailes y pasarelas donde desfilan en trajes de baño, así como ropa muy sensual y ligera. Dentro de toda esta oda a lo “masculino” también se encuentra el concurso de el hombre más fuerte donde por medio de diferentes pruebas los participantes se esfuerzan en mostrar todo su vigor y el poder de sus músculos.

Se puede encontrar cierta afinidad en los rasgos de los adeptos al tuning. Podemos afirmar que los tuneros son atrevidos, arriesgados, entusiastas, impulsivos y dominantes. Es un público interesado en las últimas tendencias en música y moda. Disfrutan de los conciertos de música electrónica y reggaeton, tanto como pasar tiempo con sus amigos. De igual manera gustan del deporte: un 75% practica alguna actividad deportiva con frecuencia, se destacan mucho por ir al gimnasio y tener una excelente figura. Otra de las pasiones conocidas de los tuneros son las nuevas tecnologías. Coinciden en el uso de Internet y también son devotos a los videojuegos. Consumen poca televisión y, sobre todo, menos prensa que la media de la población. Esta última la cambian por la radio y el cine. (Fuente: MPG: Media Planning Group)

Ciertamente el tuning crece y evoluciona con mucha rapidez mientras sigue ganando adeptos por todo el mundo. Colombia, y específicamente Cali, no ha sido la excepción. Hobby, pasatiempo, apariencia o simplemente una forma moderna de ocio, como se le quiera denominar, el tuning empieza a echar raíces en nuestra sociedad, vendiendo una cultura de la estética, el placer y el derroche, impulsada fuertemente por los medios, desde Rápido y Furioso hasta “La Verdolaga” de Los Reyes. Finalmente, muchos seguirán pintando su habitación de un color diferente para variar después de cierto tiempo, otros, los “tuneros” estarán pagando para que la aguja de su velocímetro suba un poco más.

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